AOVILLARSE TOCA de Cari Jiménez
Quiero que me desmadejes
P.D.: "Que se pare el mundo... ¿Pero para qué?"
Quiero que me desmadejes
tirando
del cabo, me lo muestras,
lo alargas
con tu mano hacia mí
pues sale
de mi y a mí vuelve,
hacia él
va mi mano, lo sobrepasa,
no lo
atrapa, se desvanece,
aparece
y desaparece ante mi vista,
sigo enredada,
presa, con prisa
mi corazón
late, aferrada
a la
idea de que soy rea,
presa ya
en una vieja madeja.
Veo el
cabo suelto, tirar de él,
lo apreso,
imposible,
se me
escurre entre mis dedos
como el
agua del arroyo
y me apeno,
me asfixia la madeja
doy una
bocanada de aire y mis pulmones
son libres,
pletóricos como velas
izadas,
que en un segundo se marchita
su contenido,
y toda la valentía insuflada
en mi
pecho y en mis brazos no ha producido
ni el
menor quebranto en la madeja
y giro,
giro, como en una devanadera,
giro y
giro, día a día, aovillada,
no hay
forma de romper, no hay forma
de tejer,
no hay más que un cabo suelto,
yo, que
ni aguanto el teñido, ni el cardado
ni me
quiebran, ni me tejen,
ni me
quieren, ni me espanto,
soy madeja
de un solo cabo, suelto,
cada vez
más ajado por el intento
de
librarme, de postrarme
de aferrarme,
de soltarme…
Seguiré
con el intento.
P.D.: "Que se pare el mundo... ¿Pero para qué?"
MariCari, la Jardinera fiel.
{¡B U E N A_____S U E R T E!}
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