Mi mano bajo mano hija, cuencos de espera guardan el nido, promesa, de una edad primera nadando en penumbra, come la vida, diminuto huerto. Es el varón que llega, eslabón nuevo, la sangre antigua que su fuerza expande, la vida entera en un golpe breve: la promesa en el temblor de una patada. P.D.: " ... nacerás y serás sangre de mi sangre." MariCari, la Jardinera fiel. {¡B U E N A_____S U E R T E!} ♥ ღ ♥
Un blog sencillo para tomarse la vida con alegría y muchas risas...
Con qué poco se conforma el triste animalito que da su fuerza para que los humanos nos alimentemos. En su esclavitud es agradecido y agacha la cerviz con cariño.
ResponderEliminarBella poesía y nos menos bella foto.
Un beso