Foto prensa HOY |
Varios hechos criminales, sin aparente conexión, separados unos de otros solo por unas horas, se producen en la misma autovía Madrid-Lisboa. No existen los milagros en este relato, no los esperéis ni para cenar.
El caso es que tal día como antes de ayer, en la frontera de Badajoz —ya sabéis la inventada que separa Portugal de España y al mismo tiempo la natural producida por el río Caya—la Patrulla Fiscal Territorial de la Guardia Civil de Badajoz da el alto a un vehículo a eso de las 4 de la madrugada. El resultado del dispositivo de vigilancia se saldó con dos detenidos y la confiscación de dos mochilas, una se encontraba en el maletero y otra debajo del asiento delantero.
El problema no era el lugar ni el color de las mochilas, sino que cada una contenía 77.000 euros, repito, euros, y hete aquí que como han sido cogidos en zona española, es Hacienda quien se los va a quedar a cambio de unos años de cárcel para los mochileros, seguramente.
Cierto es que para estas operaciones no necesitan perros con olfato ni nada por el estilo, porque solo tienen que captar la matrícula del coche en cuestión y ya sale pelos y señales en el ordenador del coche patrulla, y es que a ver qué hacía el coche de Elche, o sea, desde Alicante pasando a Portugal a esas horas de la madrugada… ¡Normal que les registraran!, y ni un camuflaje para los euros, no, así sin más, en unas mochilas… Los hay que piensan que esta frontera extremeña no tiene tradición en contrabando y por ello en dar el alto… ¡Pues toma del frasco, Carrasco!, y ahora vas y lo cascas…
Pero es que 48 horas después, en la misma frontera, fue exactamente igual, de madrugada, un coche, dos ocupantes, la misma Patrulla Fiscal… No, no había dos mochilas, pero sí una bolsa de basura negra debajo del asiento con 97.450 euros.
Ambos hechos, presenciados por los Guardiñas (GNR de Portugal) les produjo un pelín de envidia, así que a las 12 de aquella mañana, pasado un rato largo desde el recorrido del Portagem de la autovía dirección Lisboa, observaron que un coche con matrícula portuguesa culeaba y que además, tenía dos ocupantes, iba conducido por un varón con rasgos poco portugueses y aún menos su copiloto. Automáticamente pensaron que si los españoles encuentran euros en un coche que no pesa, es seguro que el maletero lleva armas pesadas y les dieron el alto.
Efectivamente, lo que el maletero transportaba era muy pesado, se trataba de una lápida de mármol de la ciudad de Estremoz con los datos de la madre de los susodichos.
MariCari, la Jardinera fiel.
{¡B U E N A_____S U E R T E!}
Aunque es para llorar también es para reír. Los hay con buena estrella en todos los lados.Anda que vaya chasco los del mármol:-)
ResponderEliminarGenial crónica, y bien contada reportera que ya no jardinera. Lo voy a tuitear.
Bss
Por qué iban a ser menos! El marmol está caro, no creo que a la altura de los euros encontrados, pero algo es algo.
ResponderEliminarBesos