LAS MIL Y UNA REFUGIADAS
.
Aquí está, como impronta de la guerra,
la foto de una niña que, entre ruinas,
como aquellas hermosas heroínas
de la vida inocente se destierra
.
en un clic de la cámara, se aterra.
A su visión se prenden las espinas,
las mismas que en la lucha, más dañinas,
hieren de ulceración que nunca cierra.
.
Brotan amargas lágrimas y sombras,
mirándote se intuye tu final
desde el principio. Apenas, crece trágica
.
tu vida en el jardín de las alfombras
sin flores, sin abejas en panal
ni estrellas en la noche que fue mágica.
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Aquí está, como impronta de la guerra,
la foto de una niña que, entre ruinas,
como aquellas hermosas heroínas
de la vida inocente se destierra
.
en un clic de la cámara, se aterra.
A su visión se prenden las espinas,
las mismas que en la lucha, más dañinas,
hieren de ulceración que nunca cierra.
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Brotan amargas lágrimas y sombras,
mirándote se intuye tu final
desde el principio. Apenas, crece trágica
.
tu vida en el jardín de las alfombras
sin flores, sin abejas en panal
ni estrellas en la noche que fue mágica.
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MariCari, la Jardinera fiel.
{¡B U E N A_____S U E R T E!}
Una imagen ante cuya visión es imposible no lo reaccionar y tú, lo has hecho con este precioso soneto . Un abrazo .
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