El joven ciervo huye del bosque,
el joven ciervo, del espanto y la muerte,
él corre con sus incipientes puntas,
sus pezuñas levitan la encendida hojarasca
y su piel reverbera, su berrea llora
un cielo azul de lluvia imposible
y arrastra su lengua nubarrones negros
que lame del suelo, y le prenden espinas
de otras súplicas que no escaparon
del verdadero infierno, y resopla su brío
la yesca del resplandeciente lamento,
el joven ciervo es inservible tea humeante,
él ya no corre, huye tú.
MariCari, la Jardinera fiel.
{¡B U E N A_____S U E R T E!}
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