UNA
MANZANA EN LA NEVERA de Sandra Sánchez, por Caridad Jiménez Parralejo
(BREVE RESEÑA del POEMARIO de la editorial Piediciones, publicado en Octubre de 2017.)
Abrí la puerta de la nevera y no tuve que
meter mi cabeza adentro para ver cuál era su contenido, saltaba a la vista una
roja manzana.
Una manzana en la nevera de la poeta asturiana Sandra Sánchez, es una nevera en modo libro que si a su vez abrimos su puerta o cubierta, ¿qué ocurrirá? Seguramente se encienda la lucecita como en la nevera y tal que si fuésemos Adán y Eva, mordamos la manzana.
Una manzana en la nevera de la poeta asturiana Sandra Sánchez, es una nevera en modo libro que si a su vez abrimos su puerta o cubierta, ¿qué ocurrirá? Seguramente se encienda la lucecita como en la nevera y tal que si fuésemos Adán y Eva, mordamos la manzana.
Con el primer muerdo a su manzana se nos
escancia en la boca un sabor poético a carpe
diem como en el poema Un día abrí los ojos cuando dice: “Un día abrí los ojos/ y habían pasado veinte
años./ … Apenas nada.” y que nos va a acompañar en cada mordisco, unas
veces en primer plano y otras como un regusto, tales son los casos de Gameover cuando dice: “…de saber de qué va el juego éste/ -al fin-/ en el que sólo hay una
vida.”; y también en Aprendiz con: “… algún respiro que devuelva/ a este cuerpo
adocenado algo/ de aquel oxígeno que perdí/ en el desaliento.”; o en Tú cuando versa: “Eres Otoño/ y yo sólo una
hoja/ que cae al verte”.
Con los segundos muerdos se pierde el
temor a estropear la fruta y se come con ansia, se devora el verso de Sandra en este poemario en el que
entrecomilla un quizás en su poema Seis
letras como colocándole unas alas con las que recobrar esperanzas: “… que nadie piense que un “quizás” tuyo/ es
poca cosa.”. Pero como toda manzana roja y jugosa nos tienta, así el verso
de este poemario es una tentación y para muestra este Ángeles (recién) caídos: “…
Ahora –en la copa de este árbol-/somos
fruta fresca que (de) pende/ sólo de nosotros./ ¿Nos comemos?”.
Sandra guardó Una manzana en la nevera para
tener a mano la oportunidad de estar, sin arrepentimientos, en el Paraíso o en
su idea del Edén y nos invita a comer sin pensar en el pecado o en el castigo, pues
trata de abrirnos el apetito a la poesía con un regusto melancólico, de un
fuerte bouquet en Nictálope: “Aquella
noche, mis pupilas/ alargaron sus brazos agarrándose/ a las tuyas./ Y ya no vi
más allá.”. Y es momento de ver que hay que saborearla con pequeños
mordisquitos, con glotonería, pues lo que procede en su verso es llegar hasta
el mismo corazón con maestría, como lo hace Sandra nombrando a la nada material
en un natural nihilismo como en Fósforos: “Agotado, al fin, el fuego/ sólo queda la ceniza.” y en Alas rotas: “Esta agrietada corteza de desvencija/ en la certeza de prever/ que no
dará vida en esta Vida,/ ni legará más muertos a la Muerte.” o en Qué
pena da la muerte que comienza con los versos: “Qué pena da la muerte/que nos mata para nada.” y termina con “… pobre muerte/ que no sabe nada de la Vida.”
o Bajo
la lluvia cuando dice sentenciando al final del poema: “Pesa más la muerte/ que sus alas.”
refiriéndose a una paloma mojada…
Siento que Sandra Sánchez en Una manzana en la nevera provoca la gran
tentación y, no hay nadie que pueda resistirse, en cuanto abra la puerta que
guarda una manzana con su tesoro, del muerdo en Rosas Muertas: “Es extraña y
sugestiva/ la sensación que dejan/ en mis manos/ las rosas muertas./… /Y sin
embargo,/ no deja de seducirme/ y me produce admiración/ esa cierta belleza aún
presente,/ ese último aliento en cada espina…/ Ese rojo intenso/ que brota de
la herida/ que aún provocan.”.
Y es que una manzana, que es ya solo corazón,
no puede aguantar un treinta y dos de marzo en un recinto de conservación
oscuro, sino que tiene que ver la luz, porque gracias a la poesía el corazón de
la manzana late impaciente y desea salir de la nevera a vivir, a construir su
Edén y a pensar en la laguna Estigia solo para componerle unos versos que la
poeta le dedica en este su primer poemario.
¿Que si encontraremos una manzana en la
nevera de Sandra Sánchez cuando la abramos?
Nada más fácil de contestar, sí, encontraremos la tentación de su Poesía.
Badajoz, 20 de octubre de 2017.
MariCari, la Jardinera fiel.
{¡B U E N A_____S U E R T E!}
Qué sorpresa Caridad! Me ha encantado tu reseña. Cuánta dedicación. Gracias sobre todo por el cariño que me llega de tus letras. Yo encantada de compartir contigo mi Poesía y espero que sigamos compartiéndola. Eso es ,de verdad, lo que tiene verdadero sentido para mí. Desde el corazón un GRACIAS enorme Caridad. Besos!!
ResponderEliminarMuy buena reseña Cari, me gustaría publicarla en Leo y Comento, por qué tú no lo vas a hacer verdad? Espero me des permiso si no lo haces, pondré solo el enlace,
ResponderEliminarUn abrazo a las dos.
Gracias Chelo! Besos!!
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