¿Acaso es mejor una vida insulsa, desocupada,
que ver el mundo desde las mejores vistas
aunque solo se toque una vez
y con la punta de los dedos?
La decadencia debe ser
un estado de soledad alegre
y besos esculpidos detrás de la vitrina
en el amanecer de nuevos ídolos,
¡me alejo de ese malvivir!,
y contemplo —porque no es mi hora—.
Por ahora, vivo la vida, divirtiéndome
lo que puedo y lucho contra la tragedia
del aburrimiento diario
en la fiesta de mi soledad, austera y usual,
propia de cumplir años mirando al escaparate
de esta subsistencia de vida
para la que llevo las galas apropiadas y el ritmo
en las caderas con la sensibilidad de mis pasos,
¡ay, si me llegara en cualquier momento
el mejor regalo!, pero mientras tanto,
fumando espero la belleza de la muerte.
MariCari, la Jardinera fiel.
{¡B U E N A_____S U E R T E!}
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