En el límite de lo imaginado
está la catedral del lascivo retozar
con columna de mar y arena blanca
bello colchón de gozos sin saciar
donde enerva el calor de lo sentido
gruta que incita a lanzarse al agua
para apagar el fuego que provoca
el pensamiento de retener al mar
mientras escarba embistiendo
bravío con su lengua fría y salada
bravío con su lengua fría y salada
desmoronando a la caverna en la que sube y baja
que no colma, ni calma, la sed del cortejo
por mucho que desgaste a la roca
que terminará por perecer rota
en una playa de arena.
P.D.: "Si todo se transforma... que lo haga con y a su tiempo."
MariCari, la Jardinera fiel.
{¡B U E N A_____S U E R T E!}
la erosión que provoca el agua en las rocas se produce en un tiempo que hay que tomar con calma... me gusta la analogía ente el mar embravecido y las pasiones.
ResponderEliminarbesos, mari cari!
Bonita poesía a la Playa de las catedrales , pienso.
ResponderEliminarhermoso, poema mi Mari , te mando un abrazo.
ResponderEliminarReflexiones sobre el mar y la tierra tras el poema: La tierra acoge a un mar cansado e indeciso, que va y viene, que no se atreve a abarcarlo todo o morir, pero tampoco a huir y volver a sus pasiones profundas. Queda el mar atrapado en la arena, resto desmenuzado de la antigua fuerza de la tierra firme. Y ya ambos, rendidos, se funden en uno solo. El resultado es la playa, que es reposo de antiguas pasiones devenidas en besos de una lengua tranquila y una piel erizada de caricias.
ResponderEliminarEl mar siempre es motivo de inspiración y si es el mar bravío, con acantilados y cuevas hechas por la erosión mucho más. No sé que tiene pero relaja y a la vez hace pensar.
ResponderEliminarUn beso
Otro bello hallazgo comparativo. Ya sabes que adoro el mar y no me importaría desmoronare en absoluto sobre una playa de arena blanca y si es en buena compañía mejor aún.
ResponderEliminarBss
Dicen que la naturaleza es sabia, cuando vez ciertos lugares no podés negarlo.
ResponderEliminarBesos