.
Esta
noche
las
nubes babean a una luna de ojos brillantes
que escrutan
con hambre de subsistencia,
encienden
mis entrañas
quebrando
mis tripas,
cuerdas
de arpa en mi esqueleto,
restallan
terribles notas en mi cabeza
donde el
viento golpea la cancela
que aúlla
a un
corazón alunado con nervio de avena loca,
se ha
perdido mi nombre
en la
bocanada del último humo
de la
casa con cayado,
con
tapias de arena de desierto y vieja paja,
al
amanecer
no
abran la puerta, por favor,
temo
que se mude el ambiente
y la
oquedad se llene de frío —aún más frío— en mi senda lobera
por la
que busco las huellas del arroyo agotado de mi niñez
aúuuuuuuuuuuuu,
aúuuuuuuuuuu, aúu,
terrible
se desvela la noche de mis tiempos.
.
P.D.: "Los lobos interiores son los que más aúllan..."
MariCari, la Jardinera fiel.
{¡B U E N A_____S U E R T E!}
Magnífico poema, amiga mía. Terribles los aullidos que no cesan, porque nacen y mueren prisioneros.
ResponderEliminarUn abrao
Una noche muy tenebrosa! Ojala haya amanecido! Saludos
ResponderEliminarLo leo una y otra vez y consigo oir tus letras aullar y siento ese frio mientras buscas las huellas del arroyo de tu niñez .
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
me gusta, yo soy un poco 'lobo solitario'. ;) besos, cari!
ResponderEliminar