Escribes en su cara y en la de mis hermanas
palabras y palabras que no podemos leer,
que no entendemos; son como las vainas secas
alejadas de su planta por el viento,
de la raíz que las alimenta y las hace fuertes,
y luego quedan vanas en vida, sumisas,
enlutadas la mirada en el pasado
con la penitencia de ser madre, viuda y mujer
de pobreza en vocablos, que transportan
a otras vidas llenas de caricias y sentimientos,
por no saber leer: sin trinos ni flores;
intentas la redención tatuando en sus rostros,
escribes en su cara y en la de mis hermanas
palabras y palabras que el tiempo se lleva
junto con los restos de pólvora de sus disparos
y en su foto queda la fuerte vaina del miedo.
MariCari, la Jardinera fiel.
{¡B U E N A_____S U E R T E!}
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