La tierra, hueca está de tanto juego,
acredita mi espera y mi razón
y ardiendo su misterio con el fuego
que bajo mis pies mueve a su sazón;
viajo a su mismo centro cual cometa
para lograr sentirme algo normal
y bajo, subo, y bajo a por la meta,
giro hacia su corriente principal,
y no derivo, ruedo hacia poniente
con mi núcleo sólido fundido
que pertinaz me mueve en su corriente,
rotación kilométrica, aro ungido
que logrará quemarme en estertores
del río de esta loca humanidad,
cuyo colmo es el ser procreadores
hasta acabar con todo sin piedad.
Sin decir nada más que un aleluya
-al vivir y caer de mi cometa
como el polvo- y que el viento me diluya
arrastrando mi nombre de poeta.
MariCari, la Jardinera fiel.
{¡B U E N A_____S U E R T E!}
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