De noche me fui al monte del desierto
y mis ojos veían el suelo resquebrajado bajo mis pies,
vino ese ser montesco y trazó su raya
que no debía traspasar, y lo hice, y vi lo obvio de lo invisible,
las cosas que no estaban o no eran,
y pronto vino la serpiente de siete cabezas con su veneno
a inyectarme de niñez y escalofríos,
luego llegó el buitre volando,
sin que él supiera qué es el viento que le mece,
a picotear mi sacrificio que vuelve a crecer
cuando llega el día con su claridad
y es cuando me asusto de mi propio espíritu.
y mis ojos veían el suelo resquebrajado bajo mis pies,
vino ese ser montesco y trazó su raya
que no debía traspasar, y lo hice, y vi lo obvio de lo invisible,
las cosas que no estaban o no eran,
y pronto vino la serpiente de siete cabezas con su veneno
a inyectarme de niñez y escalofríos,
luego llegó el buitre volando,
sin que él supiera qué es el viento que le mece,
a picotear mi sacrificio que vuelve a crecer
cuando llega el día con su claridad
y es cuando me asusto de mi propio espíritu.
MariCari, la Jardinera fiel.
{¡B U E N A_____S U E R T E!}
"Y vi lo obvio de lo invisible " que bueno ...
ResponderEliminarUn abrazo
y ASÍ es, y así Es.
EliminarQue me contestes con tu perfil me gusta más que si lo haces como anónimo.
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