¡YA CRECIÓ LA NIÑA MATARILE!
(Sí, la de la Canción)
Era de oro mi risa, dientes de marfil duro
y mi lengua afilada parecía una fresa,
una nariz graciosa respingona y traviesa
sobre labios carnosos, con un mentón seguro.
Mis ojos justicieros miraban tras su oscuro,
mi frente era la aurora que admiración profesa
bajo cabellos largos, duros de montañesa;
todo en mí era muy bello y así fui a mi futuro.
Le soñé o él me soñó, este espanto perverso
de los inviernos blancos que van cayendo suaves
y arrastran armaduras deshilachando el verso.
¡Qué infortunio tenía!, allí quemé mis naves,
¡Matarile!, sin rumbo sentí el duro reverso
y en el fondo del mar se quedaron las llaves.
MariCari, la Jardinera fiel.
{¡B U E N A_____S U E R T E!}
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