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Solo tengo mis ojos para hablarte
mostrarte mi interior domesticado por las horas
fueron cambiando mi pensamiento libre, salvaje,
hasta abandonarme la fiereza
la vitalidad de la libertad y el instinto
de la fuerza de mi sangre
agotados mis nervios, doblegado mi espíritu,
angustiada mi alma,
qué queda de mi animal, de mi ser,
¡mírame!, porque el mundo abate mi ánimo,
la vida no me deja vivir
y de la supervivencia estoy terriblemente presa.
MariCari, la Jardinera fiel.
{¡B U E N A_____S U E R T E!}
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