Tan
a ella
Ella vive de lo que le muestra su ventana
respirando su oquedad en la que
se acuna
absorta enreda en filigranas
sus dedos bordean las cortinas alborozadas de vergüenza
que remueven los adentros de vulnerables visillos de gasa
de las heridas carcomidas en
madera con ojos vigilantes
contra el postigo al que sus uñas van marcando su abandono
más alto cada día
comenzó su juego con lluvia de llantos y tristezas parturientas
y perdió sus trenzas y su mellada
risa
porque nadie vino hasta sus vapores pizarrosos en el cristal
dibujando flores y su nombre
otro verano sin rondadores
vive entre
su reja y su ventana
apoyada en la madera que le
huele a carcoma y a abandono, tan a ella.
MariCari, la Jardinera fiel.
{¡B U E N A_____S U E R T E!}
Precioso Cari, y, por cosas que no vienen al caso, muy cercano. Besote.
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