Estaba planchando (su alma) en concreto la manga derecha blanca tornasolada de una camisa masculina, sola y ensimismada porque, a su marido, se le caía la casa encima los días de obligado descanso. Y de pronto, entró una brisa por la ventana que elevó dicha manga hasta la altura del carmín rojo de sus labios. ¡Qué faena!, y comenzó a frotar para borrarla. Tarea inútil, pues otra ligera brisa entró elevando ahora el calor de la plancha humedeciendo su cara y, no tuvo freno; en un impulso tan humano llenó la camisa de besos rojos y húmedos al ritmo del tarareo de esta canción, como haciéndole el amor a la camisa de su esposo para saciar su hambre de años...
P.D.: "Sencillo, todo es tan sencillo y natural... solo hay que dejarse llevar por la melodía"
MariCari, la Jardinera fiel.
{¡B U E N A_____S U E R T E!}
Me ha encantado eso de "hambre de años"
ResponderEliminarcuántas bellas metáforas se pueden sacar del proceso de lavar, tender y planchar la ropa...
ResponderEliminarbesos, mari cari.
Dejarse llevar por la melodía o por la plancha . Yo muchas veces me inspiro planchando.
ResponderEliminarBesos.
En la sencillez está la belleza, creo.
ResponderEliminarBesos.
Me ha encantado, jardinera. De lo mejorcito que he leído últimamente en el jardín. Pero no siempre las cosas son tan sencillas como dices. A veces el universo te lo pone complicado.
ResponderEliminarBesos
uy marido mudo, pobrecita por lo menos canta. Un beso y te me cuidas.
ResponderEliminarLa soledad en compañía es lo peor que puede haber en este mudno. Pero hay tanta gente que vive así a nuestro alrededor... Tantas mujeres que emborronan de carmín las blancas camisas de sus maridos...
ResponderEliminarUn slaudo
La música es la compañía de los solitarios...
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